lunes, 24 de febrero de 2020

Fernand Léger


Nacido un 4 de febrero de 1881, en Argentan, pueblo de Normandía, al norte de Francia, es uno de los referentes de la pintura cubista. A diferencia de muchos de sus colegas, Léger nació en el medio del campo, y cargó con la ausencia de su padre desde muy chico ya que murió cuando él aún no había cumplido dos años. Parece que de chico se interesó por el dibujo, trabajó con un arquitecto y se decidió a buscar suerte en París.

 Tras cumplir un año de servicio militar y no lograr entrar a la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas, decidió hacer su carrera fuera de la Academia. Jean-Léon Gérôme y Gabriel Ferrier fueron sus dos maestros, a los que visitaba de forma recurrente, semana tras semana. El Museo del Louvre se convirtió en su lugar favorito, lo visitaba casi diariamente, así como las galerías de la calle de Laffitte. De poco y a fuego lento, empezó a pintar. Sus primeras obras datan de 1905.

  Cuando en 1907 ve la retrospectiva de Cézanne quedó fascinado. Lo mismo cuando conoció a  Picasso. El cubismo es la tendencia que impulsó las grandes vanguardias del siglo XX, así como el surrealismo y el dadaísmo.

 Léger fue uno de los referentes de la vanguardia cubista y conoció en carne propia la atroz fragmentación del ser humano que se produjo en la I Guerra Mundial, en la que tuvo que participar al ser reclutado.
  A partir de encontrar su propio estilo, su historia se ensancha, se abre y se ramifica. Trabaja en cine, hace ilustraciones y tapas de libros, se convierte en profesor de la Universidad de Yale de Estados Unidos. También pinturas murales, vidrieras, mosaicos, esculturas polícromas de cerámica y escenografías teatrales.
     Murió en Francia, en Gif-sur-Yvette, un 17 de agosto de 1955. Dejó una obra exquisita y enorme.








Sobre la obra de Léger 

El elemento que más influyó en la aparición de las vanguardias, a principios de siglo XX, fue el maquinismo. La nueva civilización industrial, con máquinas para todo, de la locomotora del ferrocarril al teléfono de manivela, trajo a su vez unos artistas nuevos o renovó a los viejos.
 El cubismo de Léger se orienta hacia el desarrollo de la iconografía de la máquina y se interroga sobre su tiempo, sobre el avance de la industria y la tecnología. Siempre, con un amplia paleta de colores,  a diferencia de las primeras expresiones dsl cubismo. Se podría decir que construyó su propio cubismo, original y específico.
  Y aquí empieza la vanguardia, el futurismo, la experimentación y lo que sucedió  a lo largo del siglo XX. Fernand Léger es el capitán reconocido de este arte. Lo suyo pudiera llamarse tubularismo como lo de Picasso se llamó cubismo. Para Léger, los brazos de las mujeres, y por supuesto las piernas, la circunferencia de la cintura, la mecánica menuda de los dedos, todo adopta la forma y naturaleza de tubo. Gracias a su gran oficio, Léger consigue a veces cierta grandeza en la composición de sus cuadros.



MUSEO NACIONAL FERNAND LEGER

  A 15 minutos de un un pueblo francés de calles angostas y empedradas llamado Biot, está el museo nacional Fernand-Léger, inaugurado en 1960. Fue cinco años después de la muerte de este pintor que había adquirido esa casa y la había transformado en un taller vivo o, mejor, en una vidriera de sus obras. Llenó el jardín de esta casa de esculturas policromadas en cerámica y lo convirtió en una verdadera belleza: el contraste de colores y formas con el verde de la naturaleza ya era un motivo de fascinación.
  El 13 de mayo de 1960 su esposa Nadia Léger y su amigo y asistente Georges Bauquier lo construyeron en un museo dedicado a presentar la obra del artista. Hoy hay allí más de 400.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Teoría del color en fotografía